DE SAL Y PIEDRA PÓMEZ
Ya se acerca la época estival y las sandalias volverán a dejar al descubierto nuestros pies.Durante los meses de invierno, en realidad casi todo el año, los pies son los grandes olvidados, por eso decidí dar un mimo a esta parte de nuestra fisonomía, a nuestros pies, que nos sostienen y conducen cada día, por el camino de la vida.
De lo que se trata es de exfoliar de manera no agresiva durante las siguientes semanas, retirando durezas en talones, zona plantar, dedos…
Este jabón exfoliante...
tiene como ingredientes estrella la Sal Rosa del Himalaya y polvos de piedra pómez.
La sal aporta magnesio, zinc, potasio, yodo, etc. Ayuda a desintoxicar la piel, al tiempo que la exfolia.
Mejora la circulación sanguínea, es antiséptica y desinfectante, lo que devuelve un aspecto cuidado y saludable a nuestros pies.
Lo polvos de piedra pómez cumplen la función de exfoliar y alisar las zonas más duras o callosidades. Refuerzan la acción de la sal.
Es un jabón que por su contenido en sal hace poca espuma, lejos de lo que podríamos pensar, por el equilibrio de aceites seleccionado y el sobre-engrasado del 8% la piel queda hidratada y suave. Sentirás que tus pies respiran libremente después de un encierro de meses.
Los aceites esenciales de Romero y Árbol de té son elegidos por su poder antifúngico y antibacteriano y aportan ese extra de cuidado específico para mantenerlos sanos.
Si finalizas el ritual, con una buena hidratación y masaje con un aceite o manteca natural, obtendrás mayores resultados físicos y emocionales.
Un abrazo Jabonoso